Puedes hacer el relleno el día anterior y reservarlo frío en la nevera. Así podrás hornear los pasteles el día siguiente.
Antes de hornear, precalentar el horno a 180ºC con ventilación arriba y abajo.
En un cazo pequeño hacer un almíbar colocando el azúcar y el agua. Llevar a fuego bajo hasta que el azúcar se disuelva por completo, al menos 3’. Apagar el fuego y reservar.
En un cuenco colocar la harina y una parte de la leche, mezclar con varillas hasta disolver la harina. Añadir el resto de la leche y la nata. Mezclar hasta disolver todo.
Añadir el sirope a la mezcla de leche y por último las yemas.
Regresar todo al cazo y llevar a fuego bajo. Cocinar unos minutos, hasta que la mezcla espese un poco y tenga textura de crema pastelera más líquida.
Pasar el relleno por un tamiz y colocar en un cuenco. Tapar con papel film al contacto.
Dejar enfriar y llevar a nevera hasta enfriar por completo.
Engrasar el molde para cupcakes con un poco de mantequilla blanda.
Estirar la masa de hojaldre y cortar círculos. Forrar el molde de cupcakes con la masa de hojaldre y pinchar las bases con un tenedor.
Rellenar las cavidades de los pasteles hasta ¾ de su capacidad con el relleno frío.
Hornear los pasteles durante 10’ a 180ºC. Subir la temperatura del horno a 200ºC y hornear durante 15’ más, hasta que estén dorados por arriba.
Retirar del horno y dejar enfriar.
Espolvorear con azúcar glas y servir.
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