Cortar la mantequilla fría en cubos de 2 cm
Procurar que el agua para el hojaldre esté fría de la nevera
Colocar la harina y la sal en la base de la mesa, formando un volcán.
Añadir en el centro del volcán la mantequilla fría cortada en cubos y cubrirlos por completo con la harina.
Comenzar a aplastar los cubos de mantequilla con los dedos, mezclando a su vez con el resto de la harina, sin amasar.
Para el hojaldre, no hay que intentar desmenuzar la mantequilla, sino que el objetivo es hacer pequeñas “láminas” de mantequilla a partir de los cubos ya cortados y que queden dispersos en la masa.
Hacer un hueco en el centro nuevamente, y añadir ¾ partes del agua. Es probable que no necesites añadir toda el agua fría, lo podrás ir midiendo a medida que se forme la masa.
Incorporar el agua en la masa, apretando un poco con las manos para juntar los ingredientes.
Puedes ir separando los trozos de masa que ya se hayan hidratado y formado en masa, y continuar añadiendo chorritos de agua sobre las partes que aún tengan harina sin integrar.
Cuando consigas una masa formada, verás que se notan los trozos de mantequilla sin integrar por completo, esto es justamente lo que nos dará las láminas de hojaldre crocante al final.
Envolver la masa en papel film, colocar sobre una bandeja y aplastar con un rodillo de cocina.
Dejar reposar en la nevera durante 15’.
Sacar la masa de la nevera, quitar el film y estirar la masa con un rodillo de cocina de forma rectangular hasta que tenga 5 mm de espesor y plegar en forma de “carta”, llevando primero un tercio de los extremos hacia al centro, y luego el otro por encima del primero.
Procura espolvorear levemente la superficie con harina y siempre procurar que la masa no se esté pegando a la mesa.
Rotar la masa para que los pliegues queden hacia los puntos norte y sur, y volver a estirar de 5 mm, siempre hacia el sentido de los pliegues y plegar en forma de carta.
Volver a rotar la masa, y hacer este paso una vez más. En total has de estirar y plegar la masa 3 veces.
En invierno, puedes realizar los tres pliegues seguidos, pero si hace mucho calor en el ambiente, deja reposar la masa 15’ en nevera para que la mantequilla coja temperatura y no se pegue a la mesa.
Una vez realizados los 3 pliegues, el hojaldre está listo para utilizar. Puedes utilizarlo directamente o congelarlo hasta 3 meses.
Abrir la vaina de vainilla por la mitad, y raspar las semillas con un cuchillo. Mezclar las semillas en un cuenco el azúcar para hacer un azúcar avainillado.
Estirar la masa de hojaldre hasta tener un rectángulo de unos 3 mm de espesor y cortar los bordes con un cuchillo, para que queden lo más rectos posibles.
Espolvorear toda la superficie del hojaldre con ¾ partes del azúcar avainillado y presionar el azúcar con el rodillo de cocina.
Enrollar uno de los extremos de la masa hasta llegar a la mitad de la superficie y hacer lo mismo con la otra mitad.
Presionar levemente las dos mitades, envolver con papel film y llevar al congelador por 15’.
Precalentar el horno a 190ºC con ventilador arriba y abajo.
Preparar una bandeja de horno con papel vegetal en la base.
Retirar el rollo de masa del congelador y con un cuchillo afilado, cortar rodajas de 1 cm de espesor.
Rebozar las palmeritas con el azúcar avainillado restante por las dos caras y disponer sobre la bandeja de horno, dejando espacio entre ellas, ya que durante el horneado van a expandir.
Hornear las palmeritas durante 20’ a 190ºC hasta que estén doradas.
Retirar del horno y dejar enfriar por completo.
Derretir el chocolate cobertura Dr.Oetker en el microondas o a baño maría.
Bañar las palmeritas horneadas y frías de la forma que más te guste: puedes hacerlo por mitades, por uno de los lados o haciendo hilos de chocolate por encima con una cuchara.
Dejar enfriar el chocolate a temperatura ambiente antes de servir.
Si lo deseas, puedes espolvorear con fideos de colores Dr. Oetker.
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