Colocar papel vegetal en la base del molde desmontable y engrasar con mantequilla los bordes.
Precalentar el horno a 170ºC con ventilación arriba y abajo con la rejilla en el medio.
Preparar un baño de maría con un cuenco de vidrio sobre una olla con agua hirviendo, sin que el cuenco toque el agua.
Colocar en el cuenco la mantequilla, el cacao en polvo y el chocolate troceado. Mezclar con espátula hasta que los ingredientes estén derretidos y combinados. Retirar del fuego y reservar.
Separar los huevos colocando las claras en un cuenco mediano y las yemas en otro.
Con varillas eléctricas batir las yemas y la mitad del azúcar durante unos minutos, hasta que estén espumosas y hayan triplicado su volumen.
Añadir a la mezcla las almendras molidas, la sal y la mezcla de chocolate derretido. Mezclar todo con espátula hasta combinar.
Por otro lado batir con varillas eléctricas las claras con el resto del azúcar hasta que estén montadas a punto nieve.
Incorporar en tres partes las claras montadas a la mezcla del chocolate utilizando una espátula con movimientos envolventes hasta tener una mezcla homogénea.
Verter la mezcla en el molde preparado y colocar en la mitad de la altura del horno.
Hornear hasta que el bizcocho se vea inflado y al moverlo se note cuajado, unos 30’.
Retirar del horno y dejar enfriar por completo en el molde. El bizcocho se hundirá en el medio y se resquebrajará aún más por arriba.
La prueba del palillo no es válida en este bizcocho porque queda muy húmedo por dentro.
Una vez frío desmoldar y servir con frutas frescas o el acompañamiento que más te guste.
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